Vivir en Creación

He pasado gran parte de mi vida buscando qué significa crear. Antes pensaba que era hacer algo visible, concreto, algo que los demás pudieran ver y aplaudir. Hoy, desde un lugar más profundo —donde mi espiritualidad y mi creatividad se abrazan— entiendo que existir ya es crear.

Crear, para mí, es habitar mi piel con presencia. Es validarme, reconocerme, incluso en mis días grises. Es observar el mundo desde el lente del alma y permitir que cada sensación, cada pausa, cada suspiro tenga su espacio.

No siempre estoy pintando, bordando, o haciendo collages. A veces, crear es simplemente ordenar mis materiales, prender un incienso, encender una vela, limpiar el espacio. Crear es hacer espacio, más que producir algo. Es sintonizar con mi ritmo, con lo que se siente auténtico en ese momento.

Hay días en los que hago un autorretrato, le añado magia, juego con la imagen, y me observo con ternura. Otros días, solo necesito mirar mis fotos del mar y dejar que el brillo del agua me devuelva a casa.

Cada día me reconcilio más con la idea de que crear no es hacer más, sino estar más presente, al menos en esta etapa de mi vida. Que vivir en creación no requiere validación externa, ni resultados. Solo requiere estar. Sentir. Honrar.

Hoy, vivir en creación es mi práctica espiritual.

Y ahora que comparto esto contigo, me encantaría saber…

¿Cómo defines tú el acto de crear?

Con amor,

Sheila

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Vuelta al sol número 50